Dice el Tao Te King que la bondad suprema es como el agua, que beneficia a todos sin dañar a ninguno.

Cuando hablamos de bondad, olvidamos a veces que lo importante es sencillo, no cuesta, y que es, o debería ser, algo natural.

Ser bueno, bondadoso, ayudar a alguien prestar algo, recordar algo, o abrazar a alguien, a veces, sin embargo, puede ser muy difícil si nosotros mismos no estamos bien.

Una de las pandemias de la vida del S. XXI es que todos los modelos de vida que nos permiten vivir con más limpieza, mas seguridad, con sanidad, educación, crecimiento social y económico se sostiene en complejas estructuras que nos separan de la sencillez de la vida de nuestros antepasados recolectores y cazadores.

La sociedad se ha complejizado tanto que es difícil aprender a moverse de forma sencilla y tener tiempo para todo. Para trabajar debes aprender un montón de cosas, para ello debes ir a una escuela muchos años, luego hacer unos estudios superiores, empezar a trabajar en la estructura especifica de una industria que se rige por sus propias reglas.

Además, la adultez conlleva crecer, independizarse, aprender a relacionarnos, tener a veces una familia, unos hijos, unas posesiones y todo ello conlleva tiempo, trabajo y esfuerzo.

Ahora somos independientes, pero dependemos más que nunca los unos de los otros.

¿Se puede usar la tecnología sin depender de ella?, ¿se puede educar a los niños y trabajar a la vez? ¿se puede trabajar 8h, tener unas buenas relaciones humanas, cuidar la salud, la familia, la casa y tener tiempo libre?

La realidad nos indica que no podemos dar algo que no tenemos, y una de las cosas que escasean en la vida actual es el tiempo. ¿Cómo podemos ayudar y ser bondadosos si no tenemos tiempo?, ¿tenemos tiempo para nosotros mismos?

Realmente hasta que no dominamos nuestra vida, y organizamos todas nuestras finanzas, temas de casa, pareja, trabajo, familia, salud, amistades, temas intelectuales y culturales, ocio, y temas espirituales, no podemos estar bien, y si no estamos bien, no podemos ser bondadosos con los demás.

Es cierto que no hay un mundo perfecto y que no conviene que todos estemos pensando en nosotros mismos hasta disfrutar de una vida perfecta para empezar a ser bondadosos. A veces, lo que es mas fácil es hacer todo desde la bondad.

A nivel profesional, existen trabajos que implican un servicio a los demás. Los políticos, los abogados, los maestros, los directores de empresa, los médicos, los enfermeros, los  bomberos y un sinfín de personas trabajan para ayudar a los demás.

Si bien personalmente creo que la mayoría de los profesionales tienen un interés genuino para ayudar, con que haya una empresa que explote a sus trabajadores, los recursos naturales de la tierra, o el mismo dinero, la balanza empieza a caer en negativo y para compensarlo todos debemos hacer un esfuerzo y compensar el egoísmo de los demás cuidándonos a nosotros mismos.

La realidad es que todos estamos conectados y si hay una fuga en Japón de radioactividad, a todos nos afecta, si hay una tala de cientos de miles de hectáreas del Amazonas, nos afecta, si hay corrupción en un país nos afecta y si hay una crisis mundial sanitaria también.

Sea la causa aparentemente universal o no, lo cierto es que todos estamos vinculados y que la bondad empieza por nosotros. Si hago mi trabajo bien, y trabajo por una buena causa, organizado y gestiono bien mis recursos, motivando y animando a mi equipo humano sin explotarlo, no contaminando el plantea o malgastando sus recursos, se podría decir que mi empresa u organización hace un trabajo bueno.

Irina de la Flor

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