Significado y origen: 

Al igual que muchas profesiones de hoy en día, los orígenes del Coaching se remontan a la antigua Grecia. Sócrates, creó un método que permitía hacer preguntas metódicamente para crear una estructura de empoderamiento que llevara a las personas en equipo a descubrir la verdad y conocimiento. Aristóteles así mismo, junto con otros filósofos de la época creían que unos de los más altos objetivos de nuestras vidas era la búsqueda del bienestar y de la verdad a través del desarrollo de las virtudes.

Desde primeros del siglo XX, ha habido un crecimiento exponencial en la práctica del Coaching dentro de entornos profesionales y personales, con especializaciones en numerosos ámbito de nuestra vida: coaching ejecutivo, personal, educativo, de equipos, de salud, nutricional, deportivo, comercial,  etc. evolucionando de una práctica inicialmente utilizada dentro del mundo del deporte y de la empresa a una actividad convencional practicada en todos los ámbitos de nuestra vida y prácticamente en todo el mundo.

La esencia, Coaching y psicología:

El Coaching está basado en las teorías del aprendizaje cognitivo y del comportamiento. La práctica del Coaching más efectiva integra las teorías del condicionamiento clásico, el refuerzo positivo, el aprendizaje transformativo, el empoderamiento y las teorías de aprendizaje experimental para hacer cambios duraderos a través de un proceso de transformación personal profundo.

El marco teórico del Coaching lo conforman numerosos conocimientos de una gran variedad de disciplinas tales como la filosofía, la sociología, la antropología, los deportes, la psicología, la economía y las ciencias de la comunicación.

Si bien gran parte de la práctica inicial se centró en el examen y el desarrollo de una metodología de entrenamiento eficaz en el mundo de los deportes y la psicología clínica aplicada al mundo de la empresa, en los últimos veinte años, el Coaching se ha ido desarrollando hacia ámbitos como la psicología positiva y el desarrollo de la consciencia, dos campos que se centran en la mejora del rendimiento, los aspectos positivos de la naturaleza humana y la inteligencia emocional.

En esencia, el Coaching funciona, pero ¿por qué es así? ¿Qué mecanismos psicológicos se emplean y cómo podemos adaptar las prácticas de Coaching para maximizar su eficacia en todos los contextos?

Numerosos autores, entre ellos Seligman, el padre de la Psicología positiva propuso que las intervenciones de Coaching exitosas deben incorporar tres conceptos fundamentales que subyacen a la psicología positiva para limitar el alcance de la práctica, a saber: el estudio de las emociones positivas, el compromiso y la responsabilidad de los clientes y el significado o el valor de nuestras acciones.

El Coaching para el éxito: el Coaching eficaz 

El Coaching es un instrumento valioso para desarrollar una amplia gama de aptitudes; esencialmente proporciona un espacio para un desarrollo personal profundo y permite a los entrenadores o así llamados Coaches hacer un mejor uso de los recursos de los recursos personales o profesionales en el campo en donde trabajen.

Los resultados del Coaching son primeramente un aumento de foco hacia los resultados, una toma de consciencia de los recursos internos de la persona, una orientación positiva hacia el aprendizaje de los errores y una planificación detallada a través de la formulación de estrategias concretas, específicas, medibles, alcanzables, realistas y temporales. Entre otros elementos comunes, el Coach trabaja el desarrollo de la aceptación, la promoción del autoconocimiento, el bienestar de la persona, la capacidad de manejar el estrés y de enfrentarse a retos cada vez mayores y el desarrollo de habilidades de gestión emocional, comunicación y liderazgo.

Los pilares del Coaching: 

Los pilares del Coaching son cinco: 

  1. Creación de una relación personal basada en la confianza mutua

 

El Coaching por su propia naturaleza se basa en la confianza. Establecer y mantener una relación de confianza es fundamental para mejorar el proceso de entrenamiento tanto personal como profesional. En una relación de coaching con confianza mutua, las personas que son entrenadas (o coachees) tendrán confianza en el proceso mientras que el entrenador, a cambio, tendrá confianza en el compromiso del coachee. De no haberla, se reduce la compenetración y el trabajo en equipo, consiguiendo peores resultados perdiendo la motivación y el momentum.

Desde una perspectiva psicológica, según Kosfeld y Zak (2005) el altruismo, la empatía y otros comportamientos pro-sociales pueden desencadenar la liberación de la oxitocina, una hormona asociada con la vinculación. A su vez, la vinculación puede influir positivamente en la promoción del bienestar y en la apertura desde la honestidad.

Independientemente de la experiencia y el nivel de habilidad que posea un entrenador, en ausencia de confianza, un coachee luchará por ser abierto, honesto y reflexivo. Además, si la relación entrenador-coachee es deficiente, es probable que se reduzca el nivel de confianza del cliente en su propia capacidad para lograr objetivos (de Haan, Grant, Burger, & Eriksson, 2016).

  1. Definición clara de las responsabilidades de las partes

Aclarar las expectativas del coachee en las etapas iniciales del Coaching es fundamental para lograr resultados exitosos. El fracaso del coaching puede producirse cuando el coachee no está dispuesto a reflexionar y/o se niega a asumir la responsabilidad de su desarrollo y sus acciones.

Además, si el coachee tiene expectativas altas o poco razonables del proceso de entrenamiento y delega toda la responsabilidad del progreso en el entrenador, es poco probable que la relación tenga éxito.

Al comienzo de la relación es necesario invertir mucho tiempo para establecer además de la confianza, la transparencia sobre el proceso y las responsabilidades de cada parte. De esta manera se sientan las bases para una sólida comprensión de lo que se avecina y se minimiza el riesgo de malentendidos y fracasos.

  1. El diseño de fondo: visión, misión y valores

Tener en mente la visión global del cliente es fundamental en el ejercicio del Coaching. Los objetivos fijados pueden ser superficialmente positivos, pero el Coach debe ser coherente y comprobar que lo que desea el cliente a nivel particular y concreto es coherente con la visión de aquello que es importante para él.

Una forma de comprobarlo es generar consciencia sobre sus valores, la visión de la viday sobre aquello que el cliente considera como su misión, o lo que es lo mismo su propósito en su vida.

Saber qué hemos venido a hacer en esta vida o comprender nuestro propósito es un punto de discusión muy común en las sesiones de Coaching. La mecanicidad con la que tomamos una gran parte de nuestras decisiones en los primeros años de nuestra vida adulta nos lleva a veces a acabar teniendo parejas, haciendo trabajos o realizando tareas que no nos hacen felices. El trabajo del Coach es por lo tanto crear consciencia sobre qué es lo que realmente nos es importante y los niveles de coherencia tanto a nivel personal como profesional que existen en todos los ámbitos de nuestras vidas. Una vez establecidas esas prioridades, podremos formular o diseñar la visión general de hacia dónde desea ir el cliente desde donde nacerán sus principales objetivos.

  1. Objetivos, estrategias y consecución de resultados

El entrenamiento es, en su núcleo, una actividad dirigida desde el diseño de los objetivos hasta el alcance de los mismos. Las investigaciones sobre la fijación de objetivos indican que, aunque los objetivos deben ser específicos y desafiantes, éstos deben ser alcanzables. Deben hacer salir al coachee de su zona de confort, pero no deben sobrepasar su zona de pánico. Un entrenador eficaz es aquel que se asegura de que los objetivos del cliente cumplan con este criterio de modo que quede margen para enfrentarse a los posibles obstáculos internos o externos que podrían impedir el logro de esos objetivos.

La creación de objetivos es el origen del entrenamiento y se ve completado con una estrategia o plan de acción que acerca al Coachee al logro de los mismos. Dentro de este ciclo, los Coaches deben guiar a sus clientes cuidadosamente a través del proceso de creación de metas y diseño de estrategias, evaluando su evolución y posiblemente abandonando las metas que parecen poco probables de ser alcanzadas o que no son relevantes para el objetivo final.

  1. Feedback del Coach y evaluación de los resultados

Para iniciar y mantener el cambio de comportamiento en las personas, es imperativo que el cliente reciba feedback sobre sus progresos y sus éxitos o fracasos. Un gran número de estudios han subrayado la importancia de la retroalimentación para que el Coaching sea eficaz, y muchos la consideran una actividad central que revela la distancia entre aquel lugar donde estamos y donde queremos llegar.

Al proporcionar retroalimentación, los Coaches deben elegir el lenguaje con cuidado para mantener la energía positiva del cliente, facilitar el cambio, aumentar la motivación y aumentar comportamientos alineados con los objetivos establecidos.

Irina de la Flor. Directora de Lo Mejor de Mí
Fundación Vivo Sano

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